Tratamiento de la enfermedad por descompresión (ED)

El pilar de los primeros auxilios para la enfermedad por descompresión (ED) es la administración de oxígeno, incluso mientras el paciente es transportado a un centro hiperbárico para recibir terapia de recompresión. Respirar oxígeno al 100% elimina el gas inerte en la mezcla inspirada, mejorando el lavado de gas inerte de los tejidos, aumentando así el gradiente de presión parcial para la difusión del gas de la burbuja al tejido. En los accidentes de buceo recreativo, los síntomas suelen resolverse espontáneamente con mayor frecuencia cuando se administra dicho gas (Moon, 2004; Mitchell et al, 2018).

Aunque cualquier concentración de oxígeno inspirado es de utilidad, es probable que su eficacia incremente cuando se administra a una concentración del 100% a través de una máscara bien ajustada, ya sea con una válvula de demanda o un aparato de circuito cerrado (Moon, 2004). Del mismo modo, el uso de oxígeno cuando se administra de forma inmedianta, (dentro de las primeras 4 horas) aumenta la eficacia de la recompresión y reduce el número de sesiones en la cámara hiperbárica necesarias para alcanzar resultados óptimos (Longphre, DeNoble, Moon, Vann, y Freiberger, 2007).

Richard Moon (2004) sugiere las siguientes estrategias de tratamiento secundario a un evento descompresivo:

  • Mantenimiento de una posición en decúbito supino (boca arriba) para evitar el movimiento de burbujas intravasculares hacia la circulación cerebral.
  • Administración de oxígeno al 100%.
  • Administración de fluidos intravenosos u orales.
  • Medicamentos tales como corticosteroides, anticoagulantes, antiinflamatorios no esteroideos (AINES) lignocaína y diazepam, bajo supervisión médica.
  • Fisioterapia y rehabilitación, ya que incluso después de que el tratamiento de recompresión haya alcanzado la meseta, el paciente puede seguir mejorando de forma constante.

Generalmente, la recompresión se realiza en una cámara hiperbárica con un asistente, en donde la regla de oro es recomprimir al buzo lo antes posible siendo el enfoque clínico continuar con el tratamiento hasta que no se observe mejoría alguna en los síntomas del paciente (Pollock y Buteau, 2017). La recompresión retardada es probablemente menos eficaz, pero el tiempo para conocer si la recompresión es inservible es desconocido (Gempp y Blatteau, 2010). No obstante, podría ser razonable ofrecer esta terapia incluso hasta varios días después de los primeros síntomas (Pollock y Buteau, 2017).


Fotografía: Huchim-Lara, 2015.

La recompresión en una cámara hiperbárica reduce el volumen de las burbujas que suelen ser las responsables de todo el cuadro clínico de la ED. Simultáneamente, promueve la eliminación de las mismas al igual que el gas disuelto, aumenta el suministro de oxígeno a los tejidos isquémicos, reduce el edema tisular, disminuye la permeabilidad de los vasos sanguíneos, contrarresta la adherencia de los leucocitos a los vasos cerebrales y bloquea parcialmente la peroxidación lipídica en los tejidos reperfundidos (Pollock y Buteau, 2017).

Las adecuadas prácticas de buceo sugieren que al concluir la actividad, debe de ser posible acceder de manera oportuna a una cámara hiperbárica para recibir tratamiento si se sospecha de un evento descompresivo, siendo de vital importancia recomprimir lo antes posible una vez diagnosticado (Tawar y Gokulakrishnan, 2019).

Tras la recompresión terapéutica, se debe de tener al paciente bajo observación en caso de que los síntomas reaparezcan, con tiempos de 2 horas para los síntomas leves (dolor) y 6 horas para los síntomas graves (neurológicos). De igual manera, los buzos deben ser ingresados para la detección de un foramen oval permable si hay una ED severa o un historial previo para evaluar el riesgo de continuar buceando después del evento descompresivo (Sykes y Clark, 2013; Tawar y Gokulakrishnan, 2019).

Referencias:
1. Gempp, E. y Blatteau, J. E. (2010). Risk factors and treatment outcome in scuba divers with spinal cord decompression sickness. Journal of critical care, 25(2), 236-242.
2. Longphre, J. M., DeNoble, P. J., Moon, R. E., Vann, R. D. y Freiberger, J. J. (2007). First aid normobaric oxygen for the treatment of recreational diving injuries. Undersea Hyperb Med, 34(1), 43-9.
3. Mitchell, S. J., Bennett, M. H., Bryson, P., Butler, F. K., Doolette, D. J., Holm, J. R., … & Lafère, P. (2018). Pre-hospital management of decompression illness: expert review of key principles and controversies. Diving and hyperbaric medicine, 48(1), 45.
4. Moon, R. E. (2004). Treatment of decompression illness. Bove and Davis’ Diving Medicine, 195-223.
5. Pollock, N. W. y Buteau, D. (2017). Updates in Decompression Illness. Emergency medicine clinics of North America, 35(2), 301-319.
6. Sykes, O. y Clark, J. E. (2013). Patent foramen ovale and scuba diving: a practical guide for physicians on when to refer for screening. Extreme physiology & medicine, 2(1), 1-7.
7. Tawar, A. y Gokulakrishnan, P. (2019). Decompression illness. Journal of Marine Medical Society, 21(2), 112.

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