Como buzos tenemos más oportunidades de ver y descubrir las maravillas que se esconden de la superficie… desde mi lugar actual de residencia (Mérida, Yucatán, México) los espacios que abundan para bucear son los cenotes
Bajo la superficie de nuestros cenotes se guarda algo más que belleza: también los rastros de lo que dejamos atrás. 
Durante los últimos meses, un grupo de buzos y voluntarios hemos trabajado en distintas limpiezas subacuáticas, retirando desde plásticos hasta objetos pesados que no pertenecen al agua (bloques de construcción).
Cada inmersión es una mezcla de asombro y tristeza… asombro por la vida que resiste ahí abajo, y tristeza por la cantidad de desechos que encontramos.
Aun así, ver cómo un cenote vuelve a respirar limpio nos recuerda por qué vale la pena hacerlo. 
No se trata solo de bucear: se trata de cuidar, de devolverle algo al entorno que tanto nos da.
Cuidar comienza con acciones simples: no tirar basura, reducir plásticos y hablar del tema.
Cada gesto, por pequeño que parezca, suma
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(@LeoRoGuz)