La travesía de los microplásticos y la digestión de las langostas

Alrededor del 79% de todo el plástico que se ha producido termina dispersándose en el ambiente y se estima que alrededor de 5 a 8 toneladas métricas de plástico llegan cada año a los océanos, alcanzando ambientes tan insospechados como las regiones polares o el océano profundo. El plástico que llega a los mares se va fragmentando y a los pequeños fragmentos se les ha bautizado con el nombre de “microplásticos”.

Estudios recientes han demostrado que ahora se pueden encontrar microplásticos literalmente hasta en la sopa, pues se ha descubierto que son ingeridos por los organismos marinos y también se mezclan con la sal de mar durante el proceso de evaporación para obtenerla. Así que aunque no consumas mariscos, los microplásticos llegan hasta tu mesa con la sal.

Un estudio publicado en Marzo de 2020 reporta que la fragmentación de los microplásticos no solo puede ocurrir por mecanismos físicos sino también por procesos biológicos. Descubrieron que las langostas que ingieren microplásticos pueden producir fragmentos aún más pequeños y después liberarlos al ambiente. Una vez esos fragmentos más pequeños se encuentran fuera del aparato digestivo de los crustáceos, pueden ser consumidos por otros organismos más pequeños adquiriendo potencial así para llegar a los niveles más bajos de la red trófica.

¿Cómo es que las langostas pueden romper los plásticos en fragmentos más pequeños? Los crustáceos poseen un órgano llamado molino gástrico, que podría ser comparado en función a la molleja de las aves. El molino gástrico posee placas calcificadas para triturar el alimento con la ayuda de un conjunto de músculos externos. Los investigadores encontraron que los fragmentos de plástico dentro del aparato digestivo localizados en el intestino son hasta 5 veces más pequeños (0.23 ± 0.16 mm de longitud máxima) que los medidos en el estómago (1 ± 0.16 mm).

Y así es como se podría explicar que se haya encontrado microplástico dentro de un ejemplar de una nueva especie de anfípodo descubierto en la zona más profunda del océano.

Estudio:
Cau, A., Avio, C. G., Dessì, C., Moccia, D., Pusceddu, A., Regoli, F., Cannas, R., & Follesa, M. C. (2020). Benthic Crustacean Digestion Can Modulate the Environmental Fate of Microplastics in the Deep Sea. Environmental Science & Technology , acs.est.9b07705. https://doi.org/10.1021/acs.est.9b07705

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