Bosques Submarinos

Al adentrarnos entre los gigantes arborescentes observamos que dan refugio y alimento a una gran cantidad de seres, que entre sus ‘raíces’ y ‘tallos’ encuentran el escondite perfecto para protegerse de los depredadores. Volteando la mirada hacia arriba se puede ver otra fauna completamente distinta ocupando los estratos medios y superiores del bosque. A medida que avanzamos hacia las zonas más densas, la oscuridad gana terreno filtrando toda la luz que pudiese llegar a las partes más bajas.

A éste bosque no entramos calzando unas botas de campo sino un traje de neopreno, aletas y visor. Tienen una similitud ecológica con los bosques terrestres pero se encuentran completamente sumergidos en el mar. Las macroalgas son las arquitectas de éste mundo, el equivalente a los árboles en tierra. En el fondo otras algas de tamaño mediano y pequeño conforman el “sotobosque”, dando así sustento a una gran cantidad de especies y a una compleja red trófica.


Bosques de Macrocystis pyrifera en la costa noroccidental de Baja California, México.

Los herbívoros como los erizos, algunos moluscos, cangrejos y peces se alimentan de las algas. Mientras que las estrellas marinas, peces como la “vieja”, langostas, caracoles carnívoros e inclusive mamíferos como la nutria se alimentan de los herbívoros y ayudan a mantener sus poblaciones en niveles estables para que no acaben con el bosque.


El caracol Norrisia norrisii y el erizo morado (Strongylocentrotus purpuratus), ambos herbívoros que se alimentan de las macroalgas. La estrella girasol (Pycnopodia helianthoides) es su depredador.

Los depredadores ocupan un lugar especial en el bosque y acechan a cualquiera que se encuentre descuidado, aquí tenemos a verdaderos carniceros: moluscos como el pulpo, peces como la morena, el lingcod, la cabrilla sargacera, el tiburón leopardo; rayas y también mamíferos como los lobos marinos y las focas. Las aves marinas tampoco pierden la ocasión de encontrar alimento en éste mundo sumergido.


Phoca vitulina, habitante del bosque.

La columna de agua alberga al pláncton, esos diminutos organismos que flotan a merced de las corrientes. Ese ecosistema flotante representa un manjar que no es desaprovechado por los filtradores como esponjas, ascídeas, mejillones, balanos, pequeños corales, gorgonias y peces planctívoros.


La ascídea colonial Ptychogena lactea y la hidromedusa Polyorchis penicillatus.

Nada se desaprovecha en éste mundo y los carroñeros, como algunos cangrejos, caracoles, peces y ocasionalmente las langostas aprecian bastante los restos de otros organismos muertos. Como alguien tiene que limpiar la casa, no pueden faltar los detritívoros como los pepinos de mar, aquellos seres importantísimos en la tarea del reciclaje de nutrientes. Su función es equivalente a la de los hongos en el bosque terrestre.


La langosta roja de California (Panulirus interruptus) y el pepino Parastichopus parvimensis.

Ésta descripción no hace justicia a todos los habitantes submarinos del bosque ni a sus labores tan importantes que desempeñan. Ni a ése mundo mágico en el que te puedes deslizar de arriba hacia abajo disfrutando de todos los matices que te regala el juego de luces, producto de la filtración de luz por el dosel del bosque. Dimensión también llena de colores con las esponjas, anémonas y nudibranquios tan variados. Y qué decir de la bioluminiscencia alucinante por la noche…


Juegos de luz en el bosque.


Los colores del bosque: el nudibranquio Hermissenda opalescens, el caracol Calliostoma annulatum y la anémona Pachycerianthus fimbriatus.

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Magnífica aportación @escafandra , Realmente maravillosos nuestros bosques, o el recuerdo de ellos… :sob:

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